Brisa suave
penetra,
voy caminando
en la noche perpetua.
Nadie necesita más amor
que tú,
secreta, detonada,
precioso eclipse
que no es cometa.
Involuntario equilibrio
imposible imagen,
borrosa
como una amada
que solo te deja.
Regresa a mi pasado triste,
amanece
como chocolate caliente,
esparciendo calor
en mis mañanas muertas.
¿Quién era yo?,
orgulloso
angosto y escualo,
sediento de estrellas que brillan
en un cielo lejos.
Mi cama sigue oscura
como la cordillera lejana,
obstinada
como un puñal filoso
de obsidiana.
No somos nada
solo preguntas,
devuélveme mi esperanza
desmesura contagiada.
Desmaya mi aliento
ante la muerte,
perfume de un ocaso
que levanta dolor a lo lejos.
Friolento,
nací con frío,
nieve blanca
de un lirio fino
sin ningun momento.
Detente
repentina
noche esbelta,
tu boca es dueña
de mis poemas.
Siempre yo
muriendo,
perpetuado
dividiendo el espacio
que ya no tengo.
Amando enjambres
todo es bueno,
verde jade
como anillo al dedo.
Florece
ligero
el cuerpo tiene pensamientos,
ausencia robada
en el firmamento.
Soberbia,
la vida está sedienta,
rojos labios
de un embalsamiento.
Retrato
sustrae el momento,
parpadeando el paisaje
cuánto te quiero.
Brisa suave
no voy a morir
no quiero,
lo mío es amar
de la tierra al cielo
es lo que quiero.
Él Mute
23/04/2020.
Muy buen poema Miguel, es bueno leerte,
ResponderEliminarSaludos.
Muchas gracias amiga, un gusto saber que visitas el blog.
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