Que te perdiste de mí,
a caso una mirada
que se esconde a cuenta gotas.
Un suspiro obsoleto,
la culpa paseando
como si no debiera nada.
Quiero que me seduzca la verdad
que me tomé del cuello
con el fuego ajeno.
Que nada sea en vano
en el sueño de los vencidos,
que sea un honor el desgaste
de la fuerza que quieres.
Que la mirada triste
sea un crisol
en tus labios partidos.
Que la roca fuerte
aspire a ser arena.
Que la cuenta alcance
al temor de un abismo
en sus tinieblas.
Que te ames un poco
un poquito en cada letra,
en la palabra oscura
que alberga las mentiras más ciertas.
Que te perdiste de mí,
el crujir de las cadenas
un muerto que no encaja porque vive,
viviremos victoriosos
aunque aún no lo quieras.
Maquinista Mute.
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