Adónde estallan los sueños
silencio,
las voces viejas se duermen,
intransitable es la noche blanca.
Flores opacas,
la Luna esconde
el rumor de un bosque,
el llanto quebranta las heridas
de un árbol sin ramas.
Caliente es la nieve
que se derrite
con el pensamiento,
inerte,
no te detengas.
La madrugada tiembla
se oculta del frío,
es primavera,
el verdor no tiene cáncer.
Impasable
infinita grieta,
palidece la sombra despavorida.
Que el frenesí
sea un rumor desesperado,
sin la tibieza de una tarde
somnolienta.
No quiero sentir
tus ojos cerca,
espiando,
mirando mi espalda con inteligencia.
Deja que canten las piedras,
entre la niebla de estrellas
y un diluvio que no llega.
Reposa la espuma
de un mar agitado,
profundo,
ocultando a la muerte.
Errante es la gloria que piensa
que mañana será mejor
nunca será peor,.
Disuelve las montañas
que no puedo verte.
Quiero escuchar el viento
cuando te abrazaba,
sin la pena tan grande,
amando a las flores
y su romance.
Sumando heroísmo
con cada cuartilla
de un pálido risco,
extrañando el sol
y su pañoleta.
Que estallen los sueños
en las veredas,
si pudiera detener la noche
cubriría las cenizas
de un relámpago negro.
Volveríamos locos,
a vivir sin tanto cuidarnos,
averiguando el crepúsculo,
interminable,
aburridos de tanto vivir.
Maquinista Mute.
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