Somos campos mortuorios
navegando por el cosmos,
inconclusos
cómo una pregunta que se repite,
como un caminante en el bosque perpetuo.
Somos como un alcatraz
que se abre en la noche fría,
un recuerdo fugaz
en la memoria fallida.
Somos lo que fuimos,
vivimos virtuosos
acurrucando a la calma,
sin ninguna prisa seguimos
cómo si a la muerte
no le urgiera tenernos.
Somos sol y estrellas
en una aventura dichosa,
a veces se parte
la vida en derrota.
Los seres que amamos
han partido casi en un instante,
tal vez no supimos
seguir caminantes.
Hoy
quiero ser humano
empático con los que me quedan,
para cuando llegue mi día
una flor adorne mi encanto.
Somos la luz que ilumina
que a veces palidece,
quiero compadecerme de otros
agradecido de tenerme
por otro buen rato.
Somos un aliento cansado
que se quiebra temblando,
somos furia
entereza que sigue amando.
Quiero ser para siempre
un recuerdo profundo,
que la tierra no borre
la fragua en mi nombre.
Somos pradera que surge
gloriosa en su campo,
a donde alce la vista
apacibles los llanos.
Que no se canse la vida
de tantos defectos,
déjame tomar un puñado de tierra,
será de esperanza
la arrojare con fuerza.
Maquinista Mute.
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