La penumbra siempre es igual,
solo somos ignorantes.
Arráncame la edad
que hostiga el silencio.
Quiero dormir en el amanecer
que es abundante.
Como esa palabra segura
en su costumbre infinita.
Si no hubiésemos amado
qué sería de la bóveda celestial,
¿acaso no es hermoso vivir?.
Contigo las estrellas
ignoran a la noche.
Inmortal es la luz codiciosa
que se desnuda del mundo por ti.
Me has dejado observando
al universo perpetuo.
Soy débil en la disolución
de un tiempo que no conozco.
Contigo fue suficiente,
la tierra se desnuda muy indiferente.
Te pertenezco,
devuélveme el infinito
con cada palabra.
No me atrevo a existir
en la rebelión de ser furtivo,
seré un cobarde,
una voz prisionera en una plegaria
que oprime mi pecho.
Fuiste tú,
fue tu rostro,
ese que alejó la fantasía
que estremece el ínfimo deseo.
Nada olvida un amanecer glorioso,
no existe el sarcasmo
en el equilibrio de todas las cosas.
Ven a buscarme,
daré mis labios
con el sonido amante.
Seré un violoncello amoroso
que ya no se queja.
Jamás llegará la muerte,
eres demasiado para no olvidarte.
Vuelve de prisa,
ocultaré los linderos
más hermosos del bosque.
En la fisura de un peñasco ascendiendo te llevaré.
Ahí podremos vivir,
retraídos en el tiempo
que ha vivido mil años.
Mute.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Se vale la critica que propone.
El comentario que nutre. muchas gracias.