Quererte es la mirada
viento,
como campo de batalla.
¿Qué olvido?
es la verdadera mentira.
Así es que ríe
ríe a carcajadas,
llénate de vida
sin agonía y silencio.
Porque pronto seremos polvo,
frutos que son cien años.
Levántate libre,
tan despojado.
Combatiendo en silencio
las invisibles preguntas
para conocerte.
Consumiendo a mis ojos
que se niegan a ocultarte.
Solo existo
porque tú existes,
es una sílaba secreta.
Impalpable y despótica
Calumniado en lo imposible
de un sueño que te conoce.
El páramo desgasta los sueños
de tanto mirar al cielo.
Buscando estrellas
en una madrugada fría.
Yo te digo
que la herida fresca se desvanece.
Reposa encadenada
en su propia fuga.
Suspendamos las fracturas
porque en cada rendija
se cuela el frío.
Anímate,
mañana también
tendremos palabras.
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