Vuelve,
mi vida sin ti
es un laberinto eterno.
Aquí estoy,
viejo y doméstico.
Con el amor intacto,
conservando el mayor poder del mundo.
Que la memoria rescate
las palabras de un breve error.
No lo pienses
el silencio tiene olfato,
hasta el último rincón
gravita la muerte.
Supongamos que la esperanza
tiene ilusión,
y la pérdida es un presagio
que sólo insiste.
Ámame,
como si fuésemos
el trofeo de la vida.
Nunca me iré,
quizás el cielo refleje
la realidad tan distante.
Soy un hombre
que busca los bosques
un abrazo fuerte,
sorteando el miedo
de unos días
que siempre pasan veloces.
Quédate
en el fragmento de una metamorfosis,
es el crepúsculo de un sol
que es un instante.
Siente el milagro de la vida
en el perfume de una poesía,
todo es posible en el mundo indeleble.
Siempre te amaré,
en el epílogo
de un manantial sosteniéndose,
el amor nunca se pierde.
Maquinista Mute.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Se vale la critica que propone.
El comentario que nutre. muchas gracias.