La danza nocturna
es un vuelo de voces,
sonetos dolorosos
de un hombre amado.
Mar profundo,
las letras no saben
olvidar tu nombre.
Juntan los versos
en el alud de las cosas,
tratando de contener
cada estrofa que solo recuerda.
El amor es una lágrima profunda
en el universo,
perdura poderosa
con cada ráfaga de cordura.
He pasado toda la vida
sospechando,
descifrando cerraduras de oro.
Entregando a la prisa
un don tán joven
que no tiene miedo de morir.
No tengo tiempo
para olvidar los deseos,
vuelvo a la trágica comedia
de mirar tus ojos.
Voy a decírtelo todo,
cada silencio
cada brisa que se desvanece
en el fulgor de una ausencia.
Seré los abrazos que no diste,
la inercia de un instante
que se sabe triste.
La noche te espera
hasta que se salga el sueño
en cada pensamiento sombrío.
Voy a decírtelo todo.
Mute.
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