Tenerte hoy,
sueños furtivos,
párpados de sangre.
En el umbral de los astros
fijo mi paciencia,
ella se sostiene antigua y sabia.
Tu pasado fluye en mi interior
con la lentitud de un desvelo ahogándose.
La existencia es una quimera
que toca a la muerte,
aún así amo.
Flotando en el socorro de un grito,
goteando silencios
que una vez hicieron fábula.
Que fue de ti,
que fue de nosotros.
Más que nosotros fuimos,
fue una esperanza indulgente
una golondrina que vuela hacia el mar.
He buscado todo,
en cada ventisca de un horizonte
en la impunidad de amar y ser amado.
Soy preso de mis propias convulsiones de amor,
clausurando el silencio
en el vacío de mi propia libertad.
La derrota es una rabia extraña.
angustia que no sabe flotar en litorales.
Mis emociones tienen una distancia tan añeja
que me disuelvo en mis pensamientos,
en el desasosiego de mi boca
que se rehusa a olvidar tu nombre.
Maquinista Mute.
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