"Memoria de un lugar perdido"
No juzgo el aire tan eterno,
para mí es una dicha, tus recuerdos.
Hueco hondo que la muerte sentencia
en los sueños, que penetran las nubes que duermen.
Gorriones de la noche,
la palabra va recordándote;
¿Qué fue de mí?
El horizonte da la vida corriendo.
Todos somos eternos,
las batallas son versos que escriben tu nombre.
Sueños de la noche,
sueños sin luz, abundante posesión de la retórica.
La verdad es un milagro vigía,
no quiero que fallezca la noche;
las flores huyen de la tormenta.
He vivido las reliquias que amamos,
supimos tarde vivir con la soberbia de los demás,
sin ofendernos.
Demasiados secretos.
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