"Racimos de octubre"
Racimos de octubre,
se acaba la vida,
estoy vivo.
Soy el mar,
mirando con asombro a las velas;
nadie tiene el infinito.
Por eso, veré para otro lado,
a la clemencia del tiempo,
a la inocencia secreta de una tarde.
Soy la gloria de octubre,
el nombre de un poeta,
el sueño borroso de la muerte.
El pasado vedado de la aurora,
la elegía de un estupor,
sin prisa y agonía.
Soy el agua que vigía a los años,
el pobre inmortal
que toca el fondo de un espejo.
Soy un montón de cuarzos
inmóvil en la esquina de mi patio,
racimos de octubre.
© Maquinista Mute, 2024.
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