martes, 22 de diciembre de 2020

Amando con ganas




¿Quién llora?

la muerte,

pesadumbre imperfecta.


Palabra y silencio

¿quién habla?

el jazmín y el ámbar,

la tierra mojada.


Vivir a gotas de miel 

perderse en el tálamo,

eslabones de una metáfora.


Cuando uno muere

es cómo una poesía inconclusa,

duerme a ciegas dando la espalda.


Dibujando la edad

todas sus formas subterráneas,

para decir te quiero

es lo que gana.


Cada minuto en su órbita

desafiando miradas,

reposa perpetua

en el quebranto de una mañana.


Añorando momentos

en la fría madrugada,

instante,

a la garganta le cuesta 

entonar las palabras.


¿Quién ríe?

rosa enamorada,

el musgo es tan húmedo

que no huele ya a nada.


Se acaba diciembre

ya lo sabemos,

el sol y la nube

el tedio, 

amando con ganas.




domingo, 20 de diciembre de 2020

Lo mejor que he vivido

 



Lo mejor que he vivido 

inmerso en el infinito,

sigo aquí

permaneciendo contigo.


Olvidando el abismo

resistiendo, 

el despojo de la ceniza

del tiempo.


Remolino que viaja

horizonte futuro,

empuja a las piedras

que el retorno es seguro.


Lo mejor que he vivido

tus ojos desnudos,

el silencio estrangula

cada palabra que digo.


Persigo diamantes 

en cada sueño,

el espacio es vacío

sin tu pensamiento.

  

Lo mejor que he vivido 

no tiembla en letargo,

yelmo medroso

no esperes tanto.


Dispersa la vergüenza

derrotando a la noche,

la tragedia impulsa

la esperanza de seguir vivos.


Lo mejor que he vivido

es tan profundo,

que no alcanzo a pensarlo

se escapa contigo.


Qué tan poca batalla

el enemigo he vencido,

permanece extraviado

su espejo, no es paraíso.


Lo mejor que he vivido

amanece cada mañana,

que pálida es la voz

cuando no suplica nada.


Que el jilguero cante

abedules queridos,

con amor el río es más bajo 

se salta de un brinco.


Que nadie te juzgue

sabes construir tu camino,

que la vida te otorgue

siempre un segundo.


Sé que sabrás aprovecharlo

pues es tú vida,

el mártir, es la poesía

sin los labios partidos.







jueves, 17 de diciembre de 2020

Lo que somos

 


Somos migajas del tiempo,

pedazos de un deseo,

recuerdos inconclusos

de un amanecer incierto.


Somos sufrimiento,

carencias,

vagabundos de historias,

dolores y pasatiempos.


Somos dudas,

dolor y muerte,

mucha muerte.


Vivimos rozando 

la voluntad de otros,

siempre intentando soñar

con el mejor momento.


Somos indiferencia,

un testamento

que no deja nada.


La voluntad 

de un lenguaje

desnaturalizado.


Partículas inconformes,

rastros del viento

sembrando esperanzas.


Somos lo que siempre

hemos negado,

a veces más,

muchas veces menos.


Somos el límite

de un cuerpo atrevido,

la maleza de una selva

que se escapa a la mentira.


Somos dudas,

paradojas que se repiten

en un poema 

que ama el asombro.


Somos error

y promesas imposibles,

un círculo sordo

que se hace hábito.


También somos

lo suficiente,

un espasmo de asombro.


Somos domésticos

una tarde que vuela,

somos laberinto que teje 

un mito en la memoria.


Somos un sentido posible,

ilusión que se borra

con el sentimiento.


También somos solidarios,

un arcoíris entre las hojas,

silencio y un relámpago 

que ama el verano.


Somos granizo,

lluvia que escandalosa

que riega a la vida.


También somos 

el ronroneo de un gato con frío

escondiéndose entre las cobijas.


Somos lo que pensamos,

volátiles,

amor que nunca se detiene.


Somos rencor

el sueño de un paraíso,

los pájaros

a la orilla del río.


La estrella distante,

el pétalo de la rosa,

la fiesta que todo lo ha visto.


Somos los errores del otro,

las preguntas sin respuesta,

el miedo y los días fértiles.


Somos 

el que nunca se despide,

la escasez de la mirada

sin el poema querido.


Somos menos oscuridad

y más luz,

la voz tenue

en un milagro sencillo.


martes, 15 de diciembre de 2020

El rincón de los caídos

 


Pasan las horas

lluvia ausente,

flores de diciembre

que soportan frío.


A quién engaña mi tristeza

no es posible,

lágrimas de un reloj antiguo,

asustado.


El dolor respira

poco a poco la esperanza,

murmullo vivo

que ama sin la distancia.


Somos incapaces

de levantar los ojos

y mirarnos.


No intentes secar mi silencio

se escucha invisible,

siempre secreto.


A veces 

todavía duele,

duelen las palabras

de un poema indiferente.


Quiero que emerjas

en el crepúsculo,

sin la adrenalina latente

de un pasado roto.


Quiero ver 

tus tatuajes desnudos 

moviéndose.


Reparando el escondite

con pétalos de amor,

esos que amanecen

suavizando con su aroma el alba.


Volveré al pasado

repararlo sin prisa,

rompiendo el viento

de un golpe.


Es el olor tibio 

del amor propio,

escuchar el ruido

de tus pies descalzos en la nieve.


Brillar en la sequía

aún sin agua,

mirando al horizonte

sin tener que mentir.


Ese es mi testimonio

en la hendidura,

el rincón de los caídos

que emergen sin prisa.



Él Mute.

domingo, 13 de diciembre de 2020

Volveremos

 


Es tarde

el crepúsculo muestra soledad,

cuesta la mirada

el murmullo tiembla sin ninguna palabra.


No quiero pensarlo,

pronto es demasiado tarde

tiempos perdidos,

distancia.


La madrugada duele

cómo un vientre podrido,

heridas en el silencio

sintiéndose apartadas.


Aquella noche nunca volverá,

levantemos los ojos

y miremos a la luna 

con un corazón gozoso.


Tenemos esperanza,

esa duerme

con la ansiedad remota

de saberse secreta.


Viviremos

no es tiempo de partir,

nos debemos una sonrisa 

de plena infancia.


Un poema que es leído

una brisa en el alba,

las flores, los gatos

que no te gustaban.


La fiesta en primavera

con el olor a jacinto,

el río y el sendero 

sin ningún camino.


La mañana pasa

oscura,

sin la luz de tus ojos,

sufriremos el invierno.


Volveremos a amar

no es tiempo todavía,

olvidar la última costura

de un remiendo roto.


Él Mute.



martes, 8 de diciembre de 2020

Que la noche retenga los recuerdos nocturnos

 



Miradas en fuga

que confiesan en un laberinto,

nostalgia

la melancolía tiene secretos.


Después de todas las cosas

algunos se fueron,

duele

el amor es un deseo que impregna.


Logramos fragmentar la caída 

en un claro oscuro,

es cruel el silencio

entre tantos lamentos.


Mañana la violencia

será hostil,

en eso perderemos todos

sin darnos cuenta.


Ha caído el poeta 

tras un crujir de el viento,

creyó imaginar

que jamás habías muerto.


Inquietud lamentable

el poeta siempre interroga,

navegando a tientas

sus palabras inquietas.


Vendrá la tristeza

con sus mentiras,

tendremos miedo

siempre la muerte es a fuerza.


Seré responsable

de la primera palabra,

esa que sanó mi vida

con solo quererlo.


El hombre es preso 

de su pasado,

sofoca al muro 

serás liberado.


Que la noche retenga 

los recuerdos nocturnos,

nunca fallaste

Dios siempre estuvo contigo.


Él Mute.


lunes, 7 de diciembre de 2020

El duelo



 Nunca es demasiado

siempre es muy lejos,

todo es tantos años.


El invierno es áspero

inconcluso,

indagando en un instante

que ya no existe.


Llantos

ella y nada es lo mismo,

tarde en el horizonte

no existe, se ha ido.


Pálido susurro

inocente olvido,

que desgracia es velar

a distancia.


Dolores que se evaporan

beben solos sus secretos,

no vuelven.


Enterrar a tus muertos

sin tierra,

sólo miradas que se detienen.


Atardecer

ya es demasiado lejos,

ya todos se fueron.


El amor sirve

cuando estamos tristes,

infalible retorno

de un suspiro que ya no vive.


Qué alegría es sabernos 

y sentirnos vivos.


Nunca es demasiado tarde,

lejos,

todo es pocos años.


Amor hubo

tuviste miedo,

déjame sólo

que tengo frío.


Él Mute.

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Caricias y prosas

Ego qué fácil es perder la fé, testimonio del silencio en un instante inaudito. Soy el viejo poeta que quiere a los gatos, que cuenta a las ...

Muchas gracias.

Queridos y apreciados lectores:

Solo tengo más que agradecimiento para cada uno de ustedes que se han tomado unos minutos de su valioso tiempo, para leer mis poemas.

Gracias al Internet, a la gran nube, he podido llegar relativamente a todos los rincones de la tierra, a toda hora y en todo momento solo con una conexión a Internet.

Me llena de satisfacción saber que muchos de ustedes son de países tan lejanos.

Espero poder seguir compartiendo en un futuro, más y más de mis poemas y tenga el honor de ser leído en su corazón.

Gracias eternas.

Su amigo.

Miguel Adame Vázquez.

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