domingo, 2 de mayo de 2021

Mi silencio





 Mi silencio

está cansado

de tanto hablar

y que nadie escuche.


Mi silencio tiene ansiedad,

está enfermo

en la tristeza de una mañana

en su bullicio.


Todos andan con el rumbo cierto,

venturosos

en la rafaga de una tormenta.


Mi silencio

es un silencio quieto,

como un cuadro

en su naturaleza muerta.


Mi silencio es invisible

en la nostalgia

de un desacato dormido por años.


Es una madriguera insomne,

bipolar en la culpa 

de un laúd sin sentido.


Mi silencio es arrogante

cada vez que está de rodillas.


Mi silencio ama

donde llega la luz.


Intenta huir

en la imprecisa voz que tiembla,

con la costumbre de un animal

que regresa  a su puerta.


Mi silencio

devora todos los días,

tiene preguntas

con las hojas y el viento.


Mi silencio golpea

con la inútil queja,

es pintoresco

en el albedrío de un anhelo .


Mi silencio

sabe de amor,

es ingenuo en la memoria

anónima que ama.


Es ausente con los años

y vuelve,

cuando vuelve el amor.


Silencio pueril

fragmentado en la hipótesis

de un atardecer.


En la inmensa tarde tan predecible,

atribulada en cada lágrima

que me deja ciego.


Silencio de un olvido,

duerme

que no haré ruido

le he arrancado

la voz al poeta.


Refugio diáfano

en la lucidez irrevocable

de un pensamiento.


Silencio

persevera en cada poema,

incapaz de desafiar

a mi propia voz.



Maquinista M.



https://youtu.be/Hm69sZi3EHY



jueves, 29 de abril de 2021

No volverás





 Siempre te amaré

con el grito de una estrella

que se extingue.


En el holocausto de los días

y la memoria marchita.


Te amé hasta que mi suspiro

fue una noche con fatiga.


Hasta que abatido

soñé con el exilio

de una rosa en un jarrón.


Cabalgue sin maleficios

en el fulgor

de una palabra inquieta.


Cuanto te amé,

hasta que el relámpago

lloró su furia.


Nunca me cansé

de ser un recuerdo

que atardece.


Con la furia lloré

tu ausencia,

en un frío solitario.


Nunca te olvidé,

no pude borrarme de tu nombre,

la tierra compró tus ojos.


El odio y la ceniza

se encargaron

de roer mi corazón.

 

La herida sangra

en la sombra de un eterno poema.


Inutil fue mi ruego hacia el cielo,

no es que Dios no escuche

a mis poemas llorar.


Los gritos de un hombre

gimen muriendo de pena.


Siempre te amé

en el espanto y la vergüenza.


No ha sido fácil perseguirte,

en el troquel de un preámbulo.


En la  novela y sus rosales,

en la fábula simpática

y una sonrisa inefable.


Cuanto te amé

en el ímpetu desterrado.


Mi pecho se rompe

al ver tus labios

inmersos en su propia intemperie.


Convertidos en un violín

que solo espera.


Tan vacío de vivir

esperando a la noche

aferrarse a una cama sin fuego.


Olvidando a la guirnalda

tan pétrea,

agazapada en un rincón efímero.


No volverás,

mi boca se ha olvidado

de ese idioma.


Se ha secado con los ríos

de tantos vocablos.


Maquinista Mute.


https://youtu.be/gQyFNmEwAno




martes, 27 de abril de 2021

La última pandemia

 




Recuerdos,

espectro de luz

qué sabemos desde niños.


Nacemos tan ciegos

que mezclamos las alas 

con el viento y un poco de llanto.


Hemos roto la fuente de nuestra fe,

como la bruma oscura 

de un alquimista.


En el crepúsculo

que adorna el caos de tu silencio,

en la desmemoria marchita  de ese amor.


Como aquella bruma 

que revolotea

en el asco de una mentira.


Saboreando la sed de un acantilado,

en el precipicio de las palabras

que no fueron valientes.


Como un payaso venido a menos

que ya no importa,

en la tibieza de los cielos

de una noche amarga y fría.


Como un suspiro profundo que marea,

con el coraje tan distante

que todo se olvida.


Días tenues

que descansan a mi lado,

húmedos en la resequedad

de una esperanza.


Escribiendo

en una servilleta de papel,

las letras del abecedario

que no riman.


Aferrándose a los pétalos

de una rosa que crece

entre las rocas tan asoleadas.


Terminando en un silencio incómodo,

deshojado por el brillo

de esa primera vez.


Fugando el viento

en una caricia romántica,

endurecida por la fragancia 

del aroma de un arcoiris.


Distante en la risa turbulenta,

tan cegadora 

en la penumbra que desfallece.


Hablando a la noche de su venganza,

sin la vergüenza de una lágrima

de un amor interno.


Estoy herido

en la blasfemia incandescente

de un frenesí irónico.


Me siento vacío

tan amargo,

en la última trinchera

de un amor que ya no crece.


Quiero atardecer en la suave brisa,

esa que se filtra en el anhelo 

de la última pandemia.


En el recuerdo de esa luz

qué sabemos desde niños.


Maquinista Mute.


https://youtu.be/rgPH1x29yWg




domingo, 25 de abril de 2021

Tus ojos lo saben

 




Tus ojos saben

que la guerra está asustada,

no quieren morir

en la fantasía de un final feliz.


Comprobando la lucidez de un poema

amando en voz alta,

con el tiempo

escuchando recuerdos.


Secando el dolor

antes que nos consuma a nosotros,

conmovidos pero no vencidos

sintiendo amor.


Tus ojos

tienen un vacío desolado,

respiran esperanza

recorriendo su anhelo.


Radiante es la verdad

que palpita el orgullo de seguir,

implorando a la muerte

para que no sea un recuerdo.


Fundidos en la resistencia

de una bolsa de celofan,

que no tiene miedo al calor

de un bello regalo.


Sosteniendo cada lágrima

en esas ojeras de niño,

refugiando a la noche

en un abrazo fugaz.


Todo tienen remedio

menos el resentimiento,

ese  que se enreda

en la maleza de un corazón 

que intenta huir.


Dame la mano,

si he de morir

que sea sembrando estrellas.


Evocando a primaveras

en el amor verdadero,

con la esencia sin miedo

y el aliento en un milagro.


Escuchando a la vida

que patalea como un renacuajo

fuera de un charco.


Sentado a la orilla de un río,

salpicando el agua tibia

que ebullece el instante

que amanece despacio.


Tus ojos lo saben.


Maquinista Mute.


https://youtu.be/shugiWLyE1I




 


miércoles, 21 de abril de 2021

Entre los muertos

 




Uno ve caer

las flores del jardín,

tan espontáneas

tan hojas secas.


Resignadas al miedo

de la oscuridad,

a el rencor de la tierra suelta.


Con el dolor de la muerte

iluminando a la ausencia,

asustando a las disculpas

antes de irse.


Uno extraña a un corazón contento

feliz en el deseo de lo más cotidiano,

de lo más común, 

de lo más sencillo.


Somos mudos

ante la voz tambaleante,

ante la duda 

en el estupor de lo que amamos.


Llevando una vida de perros,

el terrible martirio de ser víctima

o verdugo profano.


Sucediendo en el reposo y la calma,

en los pensamientos

que huyen de los sueños.


En las preocupaciones agazapadas,

en un callejón sin salida.


Tragando sapos,

sin detenernos,

queriéndonos entre nosotros

como si fueramos libres.


Buscando respuestas en los espejos,

hablando solos, 

en los senderos extraviados.


Nos sentimos culpables,

absurdos,

náufragos en el delirio,

tan complices.


Destruidos,

tan de nosotros,

tan vencidos,

tan en pedazos.


Ignorando a la noche,

a el frío de un poeta,

renegados,

tan eufóricos.


Muertos

que se olvida la lluvia,

a la tasa de té,

a el ciprés que no crece.


A el sol que nada impide,

a el amor que obedece,

extrañando

a los abuelos tan abandonados.


A esa  juventud 

que tripula el cuerpo,

tan solos, 

sin turba.


Nos hemos quedado 

pospuestos,

entre la tormenta y el amor.


Entre los muertos 

que no se cuentan,

acumulando los errores 

de el hombre.


Desbordando el perdón

de una triste mañana,

sin la advertencia 

de querer detenernos.


En la verdad

de nuestros tiempos,

en el pánico atrapado,

sin voluntad.


Uno ve caer.


Maquinista Mute.


https://youtu.be/qUi5Qy1mz7o




domingo, 18 de abril de 2021

Tiempo




Tiempo, ingenuo 

limitado,

oculto.


Tímido y nocturno

cósmico, 

tan quieto.


Todos vivimos

con la intención de recluirse 

en la vida inmortal.


Fracasamos.


Siempre intentando

antes de empezar.


Reposando

en la costumbre 

un desdén enamorado.


En el suspiro que tiembla

en la orilla de tu boca.


Tan extraño,

que murmura en la sombra

de un verso vacío.


Que vuela 

antes que lo abandone el movimiento,

que resuena en el futuro,

tan perezoso.


Que duerme en la amargura dulce

de ser siempre lo mismo,

tan poroso,

durmiente.


En el silencio 

que saborea un suspenso

que dice no saber.


Indefinido,

en la bruma de los actos

y sus consecuencias.


En la inocencia

intrépida e incalculable.


Polvorosa en el olvido

de una pandemia

que no termina.


Pálido,

descubierto en su olvido.


Distantante en el anhelo invisible,

que sostienen el puente

a otro abismo.


Anónimo 

en su recuerdo

exiliado en el miedo de su dolor,

en el beso mejor guardado.


Resiliente, 

súbito,

en la proximidad de la noche

que no retrocede.


Cómo herida vieja

 y sus recuerdos espesos, 

tristes.


En el silbido

de un tiempo imperfecto,

ese es el tiempo,

mi tiempo.


Maquinista Mute.


https://youtu.be/B74zzOg4NPE






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El tiempo es para mí

 “El tiempo es para mí” El tiempo es para mí  soy la esperanza, la mirada del agua  la sonrisa de un instante. Mi poder desmorona  el abismo...

Muchas gracias.

Queridos y apreciados lectores:

Solo tengo más que agradecimiento para cada uno de ustedes que se han tomado unos minutos de su valioso tiempo, para leer mis poemas.

Gracias al Internet, a la gran nube, he podido llegar relativamente a todos los rincones de la tierra, a toda hora y en todo momento solo con una conexión a Internet.

Me llena de satisfacción saber que muchos de ustedes son de países tan lejanos.

Espero poder seguir compartiendo en un futuro, más y más de mis poemas y tenga el honor de ser leído en su corazón.

Gracias eternas.

Su amigo.

Miguel Adame Vázquez.

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