Te conozco

 

Te conozco

desolada,

llena de muerte.

Escuchando la agonía

del crepúsculo.

Con el miedo besando

la derrota.

Sudando el frío

en el triunfo de una poesía.

Te conozco,

gritando a las flores

un suspiro lejano.

Frágil en la esperanza

que va a vivir muriendo.

Te conozco,

evasiva y escasa,

milenaria y deseada.

Aquí te espero

muy de buenas,

fugando todas las caricias

como buen poeta.

Déjame habitar

el fruto tibio

de una estrella moribunda.

Sabré vivir

cómo el silencio

diseca su propio dolor.

Suspendido

en el relámpago de un abismo.

Escribiendo garabatos

sin murales,

fugando el cansancio

sin mentiras.

Te conozco.

Maquinista Mute.

En la convulsión de una tormenta

 

Esta mañana

el mundo entrando,

apenas distingo la distancia.

Náusea,

con fuerza la vida

gira bruscamente.

En mis ojos

entra la mañana,

mi memoria está triste por ti.

Mi humanidad

inconscientemente

se angustia por un suspiro.

Tan solo un suspiro,

fugando los sentimientos

en el ruido 

de un concentrador de oxígeno.

Los mercaderes pasan 

en su éxtasis,

no hay quien compre

Un poco de frustración.

Nada perdura

en la innumerable inestabilidad 

de un minuto agitado.

Dentro de mí

queda desierta

la nostalgia.

Oprimiendo el pecho

en un desierto

casi furioso.

Quiero anclar

la imaginación

aún racimo de rosas.

Romper el aire

con un grito

a todo pulmón.

Mi corazón es una nave vieja 

que quiere navegar

en la convulsión de una tormenta.

Maquinista Mute.

Involuntario

 Involuntario,

propicio,

la penumbra grita en orfandad.

Decidimos un adverbio 

ineludible 

en el desencanto.

Profundo,

impasible,

deleznable en el llanto grácil.

Una vez más en la pesadumbre

inmensa,

ignota.

Se ha cansado la tierra

de tanto sudor,

de tanto humo y cenizas.

No soy inmune al dolor,

la tristeza

tiene una sombra muy amarga.

Las horas hieren

porque quieren,

borrando la vehemencia 

invisible por vivir.

Ahora no puedo ser optimista,

se cae el corazón

con tanto ruego.

Se pierde la memoria

para no volver jamás,

noches sin aliento

opulentas y falsas.

Somos cobardes,

pálidos en el desencanto,

anhelando asperezas

en un porvenir inefable.

Recolectando resquicios

en el desamparo de un gallinero

que ya no tiene dueño

pues murió el día de ayer.

Entonces hablaré

aliviando el amor

a destiempo.

Guardando la vista

para otros ojos,

adormeciendo la imprudencia

para otro día mejor.

Maquinista Mute.

Con certeza lo digo

 A veces la alameda

se encuentra vacía,

solo las mariposas

van y vienen sin tanta fortuna.

Meditamos en la vida y la muerte,

nos detenemos

a contemplar su osadía.

Somos residuos

de una historia marchita,

y qué,

seguimos.

La vida es cómo una trastienda,

no tiene caso

si la encontramos vacía.

Hay que ver las cosas

con perspectiva,

caminar descalzo

no es una cosa atrevida.

Que te alcance la historia

para fraguar aventuras,

sería una tragedia

un jardín de mentiras.

Despierto rara vez en un paraíso,

a veces todo es 

un montón de palabras

y señales sin niños.

No se puede habitar un cuerpo

sin el poema querido,

la vida se juega

sin suficiente cariño.

Un día se muere tu perro

y quedan vacíos,

tienes que seguir

con el verbo querido.

Es muchos más grave

quedarse sin padre,

un hijo o amigos.

Son dolores distintos,

promesas pendientes

llantos seguidos.

Es una desventura

no poder iluminar con amor

la parte oscura del mundo.

La tierra florece

es un hábito continuo,

somos un montón de sucesos

y asombros sin sentido.

Aún así

en este mundo estoy,

en este me quedo y le sigo.

Anda,

toma un poco de miel,

blanco es el campo

con un poco de nieve.

Endulza las palabras

con el arcoiris bendito,

el silencio

es un tiempo de vida

que se extingue seguido.

Es sencillo amarte

con certeza lo digo,

los lirios del campo ríen

son felices en frío.

Tómame de la mano

suspenderé el derrumbe,

la cosa es sencilla cuando tú 

estás más cerca conmigo.

La estrella es distante,

aún así se refleja

en el estanque más frío.

Maquinista Mute.

Gigante de los Pirineos

 Mí gigante de los pirineos

fuiste una fiel compañera,

vigilante de mis sueños

andante grande y muy tierna.

Partiste dejándome un gran vacío

no podré llenar fácilmente,

eras gigante en tu lealtad 

elegante caminera.

Nunca renunciaste,

fiel amiga 

nunca fiera,

nunca protestas

eso no era lo tuyo,

eso no era de ella. 

Te fuiste a ladrar en mis recuerdos,

ahora en casa

reina el más triste silencio.

Mirabas a los ojos,

comprendias segura

que contigo 

nadie perdía el tiempo.

Amabas el peine,

el vagabundo aroma

de un bistec en el asadero.

Fuiste feliz

tu su familia te amaba,

tú amabas más,

la familia era de ella.

Murió mi perra,

entre nosotros 

no quedará rencor 

o alguna mentira a medias.

Todo fue lealtades

carcajadas y caricias llenas,

no querías irte

preocupada estabas.

Ya no podías respirar

lo hacías con mucha fuerza,

descansa Yaya amada

que tu dueño guardará tus cenizas.

Fuiste más que una elegante amiga

entregaste tu amor a mi familia,

pagaré la deuda recordando

tu camino es firme en la vida que me queda.

18/01/2020.

El día más triste de 2021.

El día que partía mi vigilantes, mi compañera.

Maquinista Mute.

El último refugio

 

Vuelve

sin el miedo,

compasiva.

Te extraña la montaña

los poemas,

la risa.

El horizonte es una prosa sin verso,

un jardín sin primavera,

meditabundo en su espera.

Regresa,

el cielo es profundo,

fría 

la tierra tán negra.

Las flores se mueren

sin agua,

pisadas por peregrinos

que solo regresan.

El pecho se estrella

en la inocencia,

la muerte es ingrata

para un viviente que espera.

Vuelve,

desde aquí mismo te espero,

con cada beso imposible

en cada verso que llega.

La vida es un incendio 

muy frío sin ti,

estrellas que escuchan

todas mis plegarias.

Regresa,

la guerra

todavía no se acaba.

Mi corazón 

será tu refugio

en su esperanza.

Maquinista él Mute.

Poesía Lúdica

 

Un día feliz en el crepúsculo,

la quimera viene

navegando en sus letras.

Poesía lúdica, 

transparente,

saboreando el silencio 

a cada letra.

Coloquio de esperanza

melancólico,

nocturno.

Alegoría que canta orgullosa

no ha muerto,

no duerme en su prosa.

La poesía sigue viva

latiendo, jugando

latosa.

El poeta es capaz de enamorarse,

es una especie

de largas esperanzas.

Poesía Lúdica

rugido,

inmensa, soberana.

Siente las letras

caminar bajo la piel,

en la montaña

en las pupilas que ganan.

Que vibren las flores

el poeta escucha sonoro,

que el verso acaricia las nubes

sin celos atroces.

Festival de matices,

las horas sublimes

taciturnos colores.

Que llegue la fiesta

la pluma que adorna,

festival de poesía

resplandor en un horizonte.