Naciste de mí
como un lucero que se desea por años,
te soñé mucho antes
que la luz acariciara tus ojos.
Fuiste tempestad después de la calma
y mi corazón te amó
desde que por primera vez te escuché,
frágil como porcelana llegaste a mi mundo.
Y lo fuiste todo,
todo lo amé
hasta el mismísimo rincón de un firmamento,
ese amor nunca cambió.
Hoy te veo como esa luz que ilumina mis sombras
con la misma intensidad de esa mañana,
ha pasado el tiempo a todo galope
y temo no haberte enseñado bien como amar.
Debes amar a toda costa
el amor es la luz que ilumina los senderos
es el todo cuando no encuentras la salida
llega el amor rescatándote del frío y la oscuridad.
Tu amor no debe ser de cualquiera
tiene que luchar por ti como una fiera
y tus manos acariciar con ternura
como si fuera una flor que apenas naciera.
Tiene que amar lo que tú verdaderamente amas
y sonreír contigo, cuidarte de fieras,
el verdadero amor no solo llega
tienes que buscarlo, no siempre es cualquiera.
Naciste de mí
y desde esa fecha no he dejado de amarte
eres la mejor razón para poder luchar,
nunca me he caído por ti, estoico por ti seguiré de pie.
Hasta que mi último aliento de vida se expire
como un guerrero te defenderé por siempre,
yo te enseñé a amar a Dios como me enseñó mi padre
es lo que siempre te salvará, como me salvó a mi antes.
Miguel Adame
08/10/2018.
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