Descansa
umbría de mi amor,
es tarde
para que tu mirada hermosa
no consiga el consuelo.
Deja el quebranto
el alboroto,
eso es cosa de otros.
Tu cúspide es alta
lejos de los roedores de sueños,
no entiendo cómo consigues
seguir tan quieta.
Resaltando con un pincel
los lienzos que nos dan la vida,
a veces vivo derrotado
en el engrudo de mis pensamientos.
Una y otra idea
fluyen en el riachuelo
de mi nostalgia.
Dan tumbos con cada piedra
en el camino,
caigo una y otra vez
tragando polvo y tierra.
Descansa
azul de mis ojos
esperanza de mis poemas inquietos.
Aquí estaré,
cuidándote los sueños
para que no huyan
y escapen de tus pensamientos.
Deja que la muerte
el egoísmo
pasen de largo,
lo tuyo es amarme
con cada cuadro.
Nunca es tarde
para saborear el dolor
de un momento placentero,
sólo es cuestión
de no escuchar el tiroteo.
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