La vida salta, vuela
retumba en la victoria
del vencido.
La vida muere fúlgida,
cautiva de las muchas veces
y las pocas suyas.
La vida ignora a la propia vida,
cuando tiene sueño
duerme,
nardos de un cuerpo cansado.
La vida te ha amado
jardines y luces,
lucha
cómo has luchado.
Nunca se sabe qué pasará
si respiras el puro crepúsculo,
no abandones los besos
no olvides la poesía del viento.
Inmensa es tu gracia,
amabas las flores de un cielo.
No te rompas,
nos rompemos
cuando la ausencia
es un suspiro lejano,
furtivo olvidando.
Que frágil es el vuelo
de las palabras,
vivir con la esperanza
deshabitada.
Los sueños sin horas no vuelan,
abrazan
desmayando a la zozobra
con la mirada.
Quiero abrazar a tus sombras,
vivir queriendo
cómo se vive de madrugada.
Disparando violines
en la inocencia,
llorando la noche
que no se inmuta con penas.
Voy a vivir por ti
con el deseo bendito,
en la espera de tus ojos
más tiernos.
Que la guirnalda mire
hasta él escalofrío,
impecable memoria
ya no hay fastidio.
Quédate un poco más
detenida en el aire
inmóvil,
labraremos el silencio
sin el dolor.
Sufrir sin amor es poca cosa,
después ya nada sabe
en la nostalgia que agota.
Amaste cómo un adolescente,
eras pobre,
abrazabas el viento
cómo se abraza a una madre.
No intentes huir,
aunque el cansancio
venga de repente.
Tal vez los ríos de la vida
se han secado,
pero vives estoica
vas a vivir
con la frescura de sentir la vejez.
Olvida el dolor
que es enemigo,
vive la vida con todo su honor.
Siempre tendré
un ramo de esperanza para ti,
quedarse es también de vivos.
Maquinista Mute.
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