A mitad del cielo
danzan mis pensamientos,
no existen presagios,
todos se desvanecen.
Súbito es el dolor
en la espesura de un ocaso,
el mundo está en vilo
cómo está tu cuerpo.
Absorto,
indiferente en el otoño
que solo acedia.
Juntando sueños
que no tienen pensamientos,
solo miradas con miedo.
Tus ojos
son una mirada
que huye de mi pecho.
A tientas
busco el vacío
que ya no recuerdo.
El instante y su relámpago
se han cansado en el tumulto
de un ayer que declina.
Quisiera ser feliz
sin los muertos
en el desierto y la fatiga.
Contando las noches
que se acumulan
en un bostezo delirante.
Desvaneciendo las heridas
en el polvo que recubre
a la partida.
En eso me quedo,
olvidando el asombro
de estar vivos,
no me abandones.
Maquinista Mute.
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