Quiero perderme
en la curva que retrocede,
en la premura
de un oleaje sin sentido.
He marchitado mi vida
en el arraigo
de un incendio inminente.
Disolviendo a la esperanza,
infiltrando cada centella
del fulgor de tus ojos.
He cubierto mis deseos
quedado sin nada,
insultando a la noche
con un verso taciturno.
En el vértigo de un patíbulo,
en la herida ciega
que escucha.
Mis días acumulan
madrugadas frías,
delirante es el tiempo
que se desvanece.
Quitame el pensamiento,
antes que se niegue
a derretir la silueta
en el silencio.
El mundo cambia,
flotamos,
incrédulo presente
en un incendio provocado.
Grita,
grita fuerte
la victoria quiere morirse.
Romperé a la deriva dichoso,
miraré cambiante un parpadeo,
así ha sido siempre
existencia ajena en un horizonte.
Desgastemos juntos a la muerte,
el viento danzará alegre
en la belleza que posa.
Cómo desgarró el corazón
si no se puede,
arrancame los ojos
si es necesario.
La mentira evoca
verdades a medias,
seguiré amando a el universo
mientras a mí me toca.
Maquinista Mute.
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