Sospecho que morir
no es buena idea,
los muertos viven en el jardín
haciendo tierra sus ideas.
Dejando el resplandor
ante la mirada de Dios.
Que mejor luz en el crepúsculo
que el brillo de tus ojos
en el atardecer de la ausencia.
Sin el asombro de la sospecha
de un vértigo en espiral,
de la luna retorcida
observando cada mueca soñando.
Déjame abrir bien los ojos
sin las marcas del dolor
y las noches en vela.
Quiero ver la bóveda celestial
desapareciendo,
en la curvatura de la tierra
y tus manos sujetando.
Aferrandome a la verdad
del antiguo testamento,
observando con tesón
la galaxia abrazando.
Aquí estoy
no te preocupes,
evaporando lágrimas,
secando con devoción
los tristes presagios.
No me he quedado sin amor
mi corazón hace tic tac
a cada rato.
Lo que escuchas gemir
es un lamento pasado,
la mirada está un poco triste
pues aún te sigue esperando.
El jardín está lleno de flores
no ha muerto,
solo está un poco cansado.
Uno se harta de todo
de seguir respirando,
a veces se olvidan los motivos
cuesta vivir siempre rogando.
Anímate,
cada célula del cuerpo
pregona huir de un campo santo.
Lo que sucede a diario
ya lo hemos olvidado,
inmóvil es la luciérnaga
que se enciende con tu canto.
Sospecho que el morir
es cómo un beso negado,
no tengo miedo de partir
quedarse solo es lo trágico.
Vivir es un regalo
un honor muy bien logrado,
escucha a la lluvia y al gorrión
Nunca será una utopía
cuando de verdad me has amado.
Maquinista Mute.
Miguel esto es una belleza de poesía, hermosa...hasta donde no más.
ResponderEliminarTe felicito!
Saludos cariñosos, Maria Mercedes
PD: no sé que pasa que ahora salgo sin identidad, como cuenta Google. :-)