miércoles, 25 de noviembre de 2020

Dicen que las palabras.

 


Dicen que las palabras

nunca se olvidan,

que son cómo máscaras

sonrisa marchita.


Yo creo que son eternas,

se respiran cómo el aire

en imperiosa agonía.


Las palabras a veces 

son inmutables,

cómo un cárcamo roto,

un dolor sin salida.


Las palabras exigen

una hermosa aurora,

qué mejor alegría

que una esperanza dichosa.


Dicen que las palabras

son salvajes y agudas,

lo que pienso enseguida,

son confusas y riman.


Llenan la noche

con el candor de una boca,

a veces se pierden

con mácula rota.


Las palabras 

son un crepúsculo antiguo,

deshojan las flores

alardeando a las rosas.


A veces incautan

un poco de estrellas,

sonidos sordos

que cazan cometas.


Dicen que las palabras

son cómo leche fresca,

tus labios sonríen

millones de cosas.


Las palabras ardientes

son perfumes y espigas,

dulces fraternas

inquietas dispersan.


Tus palabras repiten

un grito herido,

lo escucho profundo

no es la muerte, 

son puros quejidos.


Dicen que las palabras

nunca se olvidan,

las tuyas las traigo

sujetas y vivas.


Son poesías 

que trascienden,

melodioso recuerdo

que motivan mi vida.


Él Mute.

martes, 24 de noviembre de 2020

Estar herido




 Estar herido,

arrullo interminable,

la guerra corteja

dejando sacrificios.


Es probable

que desde los desolados aposentos

de una memoria agonizante,

aún recuerdo la tibia mano del amor.


Hagamos un poco de memoria

se escucha bonito,

desoír la vana súplica

de una noche sedienta de remordimiento.


Por qué ceder,

si confieso en una hoguera mis sentidos

el rumor se encargará

del naufragio consumado de un olvido.


Prefiero la tierra caliente,

tiembla el hombre triste en el horizonte

tras el frío de un bosque de eucaliptos.


Mejor escuchar la madrugada

que se apresura a amanecer,

escuchar el ronroneo de su desnudez.


Nada es mejor

que el silencio de una agonía

bendita calma,

cómo un café de mañana.


Es extraño

nadie lo vió,

las miradas vigilan

cada mácula del alba.


Violento el aire que penetra

con cada aroma y esencia de prisa,

que afán de descansar

de la espesa bruma de ayer.


Estar herido,

rechazo llorar en las acequias

de la sabiduría de un buitre 

que sonríe en la parte oculta de la luna.


Basta de dramas

y duelos antiguos,

la doctrina de la vida es hermosa,

la fábula de vivir se narra sola.


Narremos la vida y sus secuelas,

después seguirán los años

con toda su refriega,

indeleble recuerdo de tantas batallas.



lunes, 23 de noviembre de 2020

Los remordimientos

 



Floreciendo,

ser un poco humilde

en el trágico momento.


La noche fría

arde en esperanza,

llamas al viento en su rebeldía.


El tiempo,

ilusión del espacio,

ímpetu cotidiano que nunca olvida.


Todos somos apacibles 

hasta que amamos,

ignominia de pedir socorro.


Sonríe,

mira los días 

en sus pensamientos.


Somos tan sórdidos,

el afán es triste 

cómo un corazón cansado.


Soy optimista,

me gusta murmurar 

entre los sueños.


Torbellinos del viento,

un poco de polvo 

hace feliz al que tanto limpia.


Así somos todos,

vivimos en prosa

por una fantasía.


No puedo dejar 

de pensar en ti,

la guerra tiene sus remordimientos.


Él Mute.

domingo, 22 de noviembre de 2020

Sabré que viví

 


Quiero ir,

a dónde el río se torna

en un riachuelo

y el camino en un sendero.


Quiero dormir 

con el cielo muy de cerca

y la noche es frenesí.


Quiero respirar el aire libre

que sopla sin miedo,

caminar a dónde el dolor 

se pierde sin poder regresar.


Quiero ir a dónde 

no me importe el instante

y pueda ser más que una sombra

que le cuesta al tiempo partir.


Quiero beberme

el sol de un sorbo,

ver volar al colibrí

al llamado de un mejor aroma.


Quiero contar mis pasos

hasta que se pierdan,

escuchar el canto del mirlo

llamando a un cielo sin ti.


Quiero escalar la roca

en lo imposible,

que la montaña sea remota

cómo lo fuera algún día tu boca.


Quiero sentir ese árbol solitario

eterno y firme en lo imposible,

que espera el agua 

de un río subterráneo.


Quiero tomar las nubes 

de un brinco,

volar entre troncos caídos

sabiendo que nunca es suficiente.


Quiero que se olvide de mí,

hombre errante con la mirada 

demasiado tarde.


Quiero ser ese paraje secreto,

estrella fugaz

que retrata el firmamento.


Quiero ser ese paseante,

que mis pasos 

no guarden sus huellas.


Quiero prender esa fogata,

leer un poema de Neruda

y sentir.


Entonces sí,

en medio de todo eso

y en medio de nada

sabré que viví.


Él Mute.



sábado, 21 de noviembre de 2020

Esa noche


 Hubo una noche 

en la que el frío 

eligió a un poeta.


Lo miró sin mirarlo

tenue,

en silencio y espinos.


No se necesitan palabras,

tampoco la mirada 

que borre el recuerdo perdido.


Ya no hay flores en la zarza

es invierno,

la hierba seca 

sólo hace nidos.


Verde fué el romero

también el útil tomillo,

las margaritas, violetas y lirios 

sin agua son un triste motivo.


La huerta caza a la nieve,

monte y piedras,

sedientos olivos.


Polvorientos 

conservan recuerdos,

las rosas adornan

el campo tan frío.


El Dios que amamos 

mantiene al ciprés erguido,

a la rivera de blanco,

reconforta con gusto el camino.


En la serranía a lo lejos

se escucha el crujido,

es la primavera que sueña

ser un verso querido.


Cortaré un poco de lavanda,

su fragancia calmará

al almendro vacío.


Hoy es sólo

un puñado de varas,

que sin flores extraña el nido.


Las cosas que amo,

radiantes anuncian

que a la vida no le da frío.


No estés triste

la noche se reconforta,

el poeta siempre 

tiene su abrigo.


Él Mute.



viernes, 20 de noviembre de 2020

En su resplandor

 



La luz quiere aire,

sopla un silbido,

afán presuroso 

que susurra sonoro 

en su resplandor.


Tiemblan las tinieblas,

sol abrasador,

el tiempo es vano,

abstracto.


Grito que se pierde en el alba,

no puedo respirar,

áspera fragancia

que reposa fuerte.


Silencio

lloran mis pulmones, 

el aliento duerme 

en sus huesos.


El aire flota en la ausencia,

te conozco,

ocaso radiante.


Zumba el oído 

en el crepúsculo,

pobre melancolía

por qué no me curas.


No somos nada

si no podemos cantar,

corazón doliente,

inmensa calma que no espera.


El aire fulgura soplando,

ventarrones,

el polvo penetra en los ojos.


Inhala desolado 

un poco de sueños,

antes de que sea vieja la noche.


Antes de que tus labios 

se quejen presurosos,

labios rotos, 

secos,

invencibles.


Mi corazón 

algún día será viento,

fragancia de flores 

de un pobre huerto.


Olerá a limones,

a lienzos turbios 

que evocan paisajes nuevos.


A versos fieras

que enjaulados 

rebullen atentos.


Es invierno,

el naranjo viste sus flores

nada importa el frío,

sus frutos son campo yerto.


La luz quiere aire,

sopla un silbido,

afán presuroso 

que susurra sonoro 

en su resplandor.



Él Mute.

jueves, 19 de noviembre de 2020

Nunca más es para siempre.

 



Lejos está el paraíso de casa,

neblina, promesas,

silencios.


El tiempo es testigo

de la devastación de una sombra

que inunda con urgencia.


Siempre con urgencia,

palabras amargas

que llegan tarde.


Es inútil

empeñarse a morir,

el fruto de la vida es inesperado.


Aún con los espasmos vertiginosos

de las mutilaciones y el trauma

la esperanza tiene un amor.


Espera,

siempre espera,

eres el héroe de mis sueños

que siempre perdura.


Infinita felicidad,

vagones vacios

que conducen a la muerte

que sólo envejece.


Tómame el pulso

tal vez el día esté perdido,

desvelos mutuos

ante tantos accidentes.


Soporta la conciencia,

la respiración

tiene frío y pretextos.


Tiene miedo,

deseo y soledad,

la jungla es una resonancia maldita.


Tentación peligrosa

gemir a cada recuerdo 

que persigue la noche,

sonríe un poco confusa.



La recompensa 

te sacará de la ciénega

bendito amor no renuncies,

nunca el abismo es para siempre.


Cuanto dolor,

esa vocecita

en un reloj de voluntad.


Que la música sane la herida,

consuela al poeta

que apacigua el propósito

sin el daño profundo que nunca se agota.


Quince años,

el espacio resiste,

perfecta es la paciencia de no enojarse,

no morirse.


La vida es una caída con precipicio,

habla callada

que voy a responderte.


Tiempo y espacio,

en eso consiste

mirar a la vida,

olvidar a la muerte.


Nunca más es para siempre.


Miguel Adame Vázquez.


19 de Noviembre

Día Mundial para la Prevencíon del Abuso Sexual Infantil.

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Caricias y prosas

Ego qué fácil es perder la fé, testimonio del silencio en un instante inaudito. Soy el viejo poeta que quiere a los gatos, que cuenta a las ...

Muchas gracias.

Queridos y apreciados lectores:

Solo tengo más que agradecimiento para cada uno de ustedes que se han tomado unos minutos de su valioso tiempo, para leer mis poemas.

Gracias al Internet, a la gran nube, he podido llegar relativamente a todos los rincones de la tierra, a toda hora y en todo momento solo con una conexión a Internet.

Me llena de satisfacción saber que muchos de ustedes son de países tan lejanos.

Espero poder seguir compartiendo en un futuro, más y más de mis poemas y tenga el honor de ser leído en su corazón.

Gracias eternas.

Su amigo.

Miguel Adame Vázquez.

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