Quiero ir,
a dónde el río se torna
en un riachuelo
y el camino en un sendero.
Quiero dormir
con el cielo muy de cerca
y la noche es frenesí.
Quiero respirar el aire libre
que sopla sin miedo,
caminar a dónde el dolor
se pierde sin poder regresar.
Quiero ir a dónde
no me importe el instante
y pueda ser más que una sombra
que le cuesta al tiempo partir.
Quiero beberme
el sol de un sorbo,
ver volar al colibrí
al llamado de un mejor aroma.
Quiero contar mis pasos
hasta que se pierdan,
escuchar el canto del mirlo
llamando a un cielo sin ti.
Quiero escalar la roca
en lo imposible,
que la montaña sea remota
cómo lo fuera algún día tu boca.
Quiero sentir ese árbol solitario
eterno y firme en lo imposible,
que espera el agua
de un río subterráneo.
Quiero tomar las nubes
de un brinco,
volar entre troncos caídos
sabiendo que nunca es suficiente.
Quiero que se olvide de mí,
hombre errante con la mirada
demasiado tarde.
Quiero ser ese paraje secreto,
estrella fugaz
que retrata el firmamento.
Quiero ser ese paseante,
que mis pasos
no guarden sus huellas.
Quiero prender esa fogata,
leer un poema de Neruda
y sentir.
Entonces sí,
en medio de todo eso
y en medio de nada
sabré que viví.
Él Mute.
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