Uno de ellos,
seudónimo
ansiosos en la miseria.
No basta con mirar
para salir a flote,
espuma,
el sabor salado de la vida.
Sobrevivieron aquéllos
soledad intransigente,
la mañana tiene una distancia
que hubiese querido que fuera mía.
Te recordaré como el sol oblicuo
amaneciendo,
comiendo el tiempo inconsciente.
Evocando lo divino
buscando justicia,
vendiendo dulces de una moneda.
Has partido en un muelle
murmurando silencios,
en el alba que surge siempre sonriendo.
Minutos de dolor
no perdura la noche,
recuerda
eras un maquinista de bronce.
Aún tengo fuerza
para hacerme de la vida,
abstracta,
peligrosa.
Nunca olvidaré
que la vida fuese así,
ayudando
hasta la última esperanza.
Duerme el sueño de los justos
Gerardo.
Maquinista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Se vale la critica que propone.
El comentario que nutre. muchas gracias.