Sentir vergüenza,
es como ser juzgado
por quien no confío nunca en ti,
nunca tuvieron la razón
nunca odie como aquel que nunca da nada,
sin recibir algo a cambio.
¿Porque andar a ciegas
si tus ojos ven con claridad la silueta dibujada
de unas palabras que son ciertas?
La arena caliente del mar quema tus pies
y solo atinas a gritar implorando clemencia,
quisieras que tu caminar fuera un poco más rápido,
pero también un poco más lento
porque no alcanzas a comprender
lo que realmente siento.
Quisiera poder caminar sobre el agua
y filtrar las impurezas de tu habla sin freno,
es como preferir los párrafos alegres
esos que están llenos de esperanza
letras lúcidas que tus ojos leen de mi poesía
libre y rebelde.
Mis versos se esconden en la sutileza
de las metáforas
a veces son tristes
y a veces son solamente letras vencidas,
como aquel fruto sin color y esperanza.
El silencio fatiga
lo hace por lo inmóvil que resulta ser
ante los impulsos descontrolados
que poco a poco se envenenan
por una ansiedad testaruda y ruda
por tanta expectativa que causas por no sentir,
hasta el estómago es un mar de mariposas
que quieren ser libres de ti nuevamente.
El rumor es húmedo y frío
porque la soledad lleva tu sombra,
eres como el tiempo que simula estar herido
para no sufrir por tanta espera que aprisiona
el deseo de cualquiera.
Sentí vergüenza
lo hice por ti,
hasta que todo lo fuiste y nadie más sea ya nada,
lo haré hasta que dejes de juzgar a mis palabras,
esas que no se educaron por los libros,
que nunca pasaron por tus ojos verdes y claros como Normandía.
Yo soy simplemente un ladin de aventuras espontáneas
que de vez en cuando se enamora de las palabras desafinadas, esas que no aprendieron a guardar nunca la compostura cuando mi fuerza
simplemente aprendió a hablar.
Poesía
Miguel Adame Vázquez.
01/12/2017.
A mi maestro Alex, letras rebeldes y uno que otro soneto que algún día me dignare a escribir por fin.
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El comentario que nutre. muchas gracias.