Voy a decir
lo que nunca he dicho,
en un cielo perpetuo
que atiza el limbo.
Palabras inmensas
que resbalan
en lo profundo de un deseo.
Solo los años
flotaran en el próximo intento.
Solo Dios sabe
lo que pulsa en mi cabeza,
inmóvil relámpago
que parpadea.
Han pasado muchos siglos
y las cicatrices disipan
el silencio en una herida.
Otra vez el viento sonríe
tumba paredes,
florece,
la muerte se anticipa fresca
ante la ausencia de poder perderte.
Invisible fota
la última voluntad
de un átomo que se va de fiesta.
Los hombres están tristes
por tanta madriguera quieta.
La balanza pesa
déjamelo a mí,
suelo amar en la dictadura perfecta.
Respira
la oscuridad se aparta,
desvive con la razón verdadera
y ama.
Yo tengo primavera
he desenterrado la nostalgia venidera,
tengo ríos y la maleza.
Lo voy a decir
es cierto,
dejame pensarlo,
dejame pensarte en primavera.
He reunido
las huellas de tus manos,
se evaporan llorando.
Violetas,
la arboleda tiene ganas
de sentirse amada.
Recuerdo la distancia
es como el universo lejano,
madura la noche
interrumpe a los besos.
Tengo que decirlo
aunque me culpes mañana,
resplandece el sendero
se ofusca en el alba.
Huele a hierba quemada,
hace rato
que surgió de la nada.
Te he compuesto
un poema que adormece,
no es un verso de amor
es la luna que quieres tocarla.
Diré la verdad
entre la trinchera y el sollozo,
la frontera es
como un caballo de troya,
el amor atropella a la muerte que llora.
Después de la verdad
dejaré que el estupor
despierte poco a poco,
en un instante boreal
todo es poca cosa.
Jamás dejaré de escribir
el chubasco es libre
cuando despierta
el amor de boca en boca.
Miguel Adame
09/05/2020.
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