Cuando la noche vuelve,
duerme mi pensamiento
en la quietud.
No existen las sombras
en el tiempo,
colores y risas
de un eterno suspiro.
Estamos a solas
y quiero cantarte al oído,
vida hermosa
que nadie te ignore.
Busca tu tesoro en la lira,
en el perfume y la armonía
de una poesía.
No existe abismo
en el misterio
de un corazón que ama.
La esencia de la luna
ilumina mi esperanza,
nada detiene el arpa del poeta
es pasión que llama a lo imposible.
Su refugio seguro
es intangible,
laurel de perlas y pétalos
el almendro centella
su amo sin penas.
Que llegue la noche,
esmeralda y oro
que con el mar sujetas.
Todo es posible
cuando estás tú,
luz diamante
que enaltece la mirada.
Mira al mundo
con una sonrisa,
el tiempo es tuyo
que brote el amor
con toda su fuerza
con solo mirarte.
Que llegue la noche
con el viento que escapa,
no habrá lágrimas
en un verso que habla.
Siempre valdrá la pena vivir,
aquí te espero
sin el murmullo de la muerte,
dejemosla esperando
que morir no viene.
Toma a la noche
en su pórtico secreto,
pasaremos sonriendo
sin la máscara del dolor.
Noche que toca a solas,
música lejana
que enaltece el esplendor.
Brilla ahora que es de noche,
alegría solitaria
que nunca te olvidaré.
Miguel Adame Vázquez.
19/05/2020.
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