Errar,
errar a solas,
temblando,
suspiros a la muerte.
Hoy mi corazón se ufana,
el aliento es horrendo
cuándo sabe a matorrales,
sombrío.
Sopla agitada
la vergüenza tardía,
lamentos profundos,
pongo el corazón en un nido.
Quisiera ser esa hora
que no lleva prisa,
no es sencillo
trascender en la ausencia.
Lucero tímido,
tu deleite amansa mi fuerza
sin la codicia de un sentimiento
que vió enmudecer a tú silencio.
Errar,
errar es sencillo,
busca la epopeya
esa que combate al subconsciente.
Somos débiles,
escasos,
presa de la crítica
mejor pagada.
Te conozco
hasta mi desesperación,
hasta que tú aroma persigue
a mi espacio.
Muda es la memoria
que siempre olvida,
cómo la desventura
de un perro abandonado.
Errar,
errar a solas,
temblando,
suspiros a la muerte.
Él Mute.
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