A veces necesitas el poder de la mirada para nacer de nuevo.
Porque la voz se acaba en un silencio incómodo que duele.
Te vas consumiendo en las dudas sobre la existencia del verdadero amor en este mundo.
Con titubeos caminas por la verdad.
Extinguiendo las palabras jamás dichas.
Pero no renunciarán a su propia voluntad de acabarte.
Que me reconocen y que me valoran.
No por lo que soy o merezco ser.
Solo porque lo creen y les nace hacerlo.
Simplemente porque sienten que es lo correcto.
Ellos también tienen que lidiar con sus propios demonios que los asechan.
Que los acorralan.
Que los conducen a la miopía de querer ser sus propios protagonistas estériles.
Y que viva la voz que ahora es un sonido dormido en la noche de tu vida.
Quisiera poder disimular y así poder disuadir al que te trata con escarnio.
22/12/2016.
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El comentario que nutre. muchas gracias.