Hay quien olvidándose de mí
se olvidan de sí mismos,
inagotable es la eternidad
de existir en sus ojos perdidos.
Mirada que contempla el tiempo
en cada momento,
dividiendo el amor en cada segundo.
Al principio llegó una paloma,
solitaria miraba el camino
buscando en el campo
su alimento seguro.
Llegó otra paloma,
juntas soñaron con tener un nido,
pronto serán más que dos palomas
vuelan felices con su cariño.
Ahora observan desde lo alto
regresan al mismo terruño
su vuelo es seguro,
el cielo dejará intacto su lugar querido.
Ellas no se olvidarán de mí,
se dan cuenta que las flores
son su amoroso testigo.
Inefable es la realidad
de una esperanza,
hermosa es la idea sin la incertidumbre
de escuchar sólo palabras.
Penumbra precaria
qué en la ceguera
guarda silencio seguido.
No te olvides de mí,
aún la muerte
está lejos.
Tus ojos los sufrí con una mirada,
la memoria también supo
cómo regresar al nido.
Él Mute.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Se vale la critica que propone.
El comentario que nutre. muchas gracias.