Todo lo fuí
hasta el ocaso,
siempre lo cubrí
con espesura.
Aciago me escapé
hasta el presagio,
nunca me filtré
por la desdicha.
Las horas las toqué
con hermosura,
no tuve empacho
hasta la ternura.
Ciego penetre
en el Otoño,
el mundo no me alcanzó
para el pensamiento.
Tu boca pidió palabras
el pecho sintió la mirada,
hundí mis raíces
en tus sueños
aún así no supe nada.
Quedé en fragmentos
de un pensamiento,
vacío recordando
el sometimiento.
El instante no tuvo ternura,
todo lo evoqué
hasta ceñirla.
Perseguí al instante
hasta que mis manos
ya no sintieron.
Acumulé un vacío
amenazado,
aún así lo tuve todo.
Déjame un recuerdo
que no grite,
no se lo daré a nadie
en mil años.
Amar derrumba
en lo tangible,
dame un rostro
hasta el delirio.
Guardaré silencio
en lo invisible,
inmenso será mi grito
sonido que piensa
en el pasado.
Todo lo fuí
hasta el ocaso,
siempre lo cubrí
con la espesura.
Cariño fraternal y su ternura.
El Mute.
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