Lo más valiente que he hecho es vivir,
lo he hecho con todas mis fuerzas que no me ha alcanzado el tiempo para morir.
La vida es un holocausto recurrente,
el secreto es encontrar a tiempo ese niño interior sin llenar los vacíos con más vacío.
Muchas veces estamos cubiertos de tanto ruido, que no alcanzamos a escuchar a nuestra propia voz pidiendo ayuda.
Creemos que lo más importante es satisfacer nuestros deseos, nuestros propios miedos y caprichos.
Somos egoístas, lloramos por no ser cómo otros, dilapidamos el tiempo queriendo ser el peldaño más alto de la cadena alimenticia.
Al final, ya viejos y testarudos, comprendemos que lo más importante es amarnos al amar a otros.
Sin recelos, sin preferencias, sin pretensiones.
Tenemos mucho miedo de terminar solos,
sin ningún anzuelo, sin ningún atractivo que podamos intercambiar.
Una y otra vez escucharemos historias,
vasijas de barro rotas que se unieron dejando cicatrices.
Nos detenemos por un momento y diremos; esa es mi historia, pero pronto lo olvidaremos y seguiremos en la misma senda segura.
Sin importar que algún día nos alcance el tiempo y su invaluable terquedad de consumirlo todo.
Así que; lo más valiente que he hecho
que no me ha alcanzado el tiempo para morir.
Él Mute.
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