Soy culpable de velar
cuando otros duermen,
tiempo incierto
la incertidumbre de la noche.
La muerte tiene
demasiadas respuestas,
fragmentos de saberse culpable.
Velan los recuerdos
en la nostalgia,
ilusoria victoria de una metáfora.
Mi paraíso es un ruiseñor
forjado en espada,
tengo derecho de amar,
fragancia increíble del cielo.
Recuerdos olvidados,
cuando las fotos eran
de blanco y negro,
niños.
Antiguas cosas
que recurren a la Luna
cuando tienen miedo.
Toma mis palabras
no sufras,
las gaviotas vuelan
navegando en un modo eterno.
Hasta ahí llegará
el ocaso de la tarde,
firmamento infinito
nunca es demasiado tarde.
Sálvame
aquí te escucho,
la víspera tiene memoria.
Seré culpable
que otros duerman
en un tiempo incierto.
Nadie me dijo
que amar no es una virtud,
así que disfruto aquí sentado
de haber vivido sabiéndose amado.
Él Mute.
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