Piel pobre,
oscura,
brilla con la sombra
de un sol que vuelve
a las hojas secas.
El otoño ha invadido
con un manto su tristeza,
no alcanza el crepúsculo
para regresar a la aldea.
El tiempo lo ha invadido todo
cada instante que reconozco,
el silencio
tiene su música secreta.
El olor a café
no alcanza a curar el abandono,
estrella que envejece.
Sienten lástima mirarme,
miserable dolor
cayendo a pedazos
en un invierno que llega.
El cardenal canta su propio alfabeto,
aves nuestras,
los pájaros tienen un árbol
todo en ellos cuelga.
Rojo carmesí
no me abandones,
en cualquier momento viviré
en perpetua magnificencia.
Brilla,
que los demás te vean
tenemos esperanza,
el consuelo no es un caos
cuando se ama.
Mira,
hermosa mariposa
el amor combina con tus ojos,
no te dejes engañar
el umbral cruzará por otra aldea.
La vida consta de surfear abismos
y olvidar humillaciones,
fría madrugada desnuda
no tengo ni un centavo que ofrecerte.
No importa
no hay lamentos,
con un espíritu práctico
soñar no es un lujo,
la miel sana a un moribundo.
Trabajé para ti,
conseguiré alimento
en alguna parte,
seremos buenos y felices.
Nada nos faltará,
la caridad del amor
se alimenta de cariño
y raíces silvestres.
Piel noble
oscura,
brilla con la luz,
el sol se esconde
en el otoño que llega.
El Mute.
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