Cada instante nuevo
se conserva con el tiempo,
no obstante cada instante
aleja lo que hemos sido.
Así de simple es la vida,
cómo tomarse un café
y reír por una hora
sin miramientos.
Es invierno
el ciruelo tira todas la hojas,
sólo queda una varita
que disimula el silencio.
Con el frío
duelen los huesos,
las heridas asedian
el reflejo de la luz.
Tiempos de palabras
quedándose,
nadie vela tu sueño.
El viento
es un ruido elegante,
cómo un recuerdo
que camina de prisa.
Mira por un momento
ese pensamiento,
cuando hayas terminado,
escucha.
Uñas rotas
y manos sucias,
año empobrecido
en sus lamentos.
Olvida los rostros hostiles
agrietados,
la yerba seca
el susurro del aire.
El día se desliza vacío
débil,
sin la existencia
que estalla en su lamento.
Rumores eternos
colapsan cayendo,
no pude hablar
con tantos muertos.
Así es la vida de simple,
cómo tomarse un café
y reír por una hora
sin miramientos.
Él Mute.
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